Un amigo confidente
Es de lo más sano para la mente cuerpo y corazón de las personas contar
con el o los amigos confidentes; somos tan distintos en personalidad y
temperamento que a veces no sentimos encajar en cierto círculo social, pero la
vida nos va regalando momentos especiales con personas especiales, que tanto en
las buenas como en las malas están presentes, que en ocasiones pueden diferir
en su pensar, pero que pueden ofrecerte un consejo o una palabra de aliento.
Desde niños podemos darnos cuenta de la genialidad de compartir con un amigo
juegos, pláticas, sueños...de repente pasan los años y pocos se quedan en
nuestra vida. La grandeza de tener amigos es que, aunque no son lazos de
sangre...son lazos de lealtad, amor y afecto los que los unirá por siempre.
Si viene cierto las actividades físicas, el deporte, viajar etc. nos
mantiene activo, la charla con un amigo nos mantiene más que activo...motivado,
despejado, liberado, incluso recreado interna y externamente. A veces
posponemos esa salida, más sin embargo, es merecedora de nuestro tiempo.
Llega una edad en que conservar a los amigos es un tesoro, pues es lo
que hace permanecer lo que fuiste, eres y serás, el refugio sin ataduras, la
pérgola para relajarte y recargarte de fuerza, el lugar ideal para compartir y
seguir soñando, donde las afinidades coinciden, donde siempre se externa la
sinceridad y confianza para continuar el destino con bienestar.
La amistad es un valor que se ganan las personas que abrazan en días
difíciles, que saben escuchar, regalan su tiempo y sin duda ¡Que dejan huella
en nuestra vida!.
Dedicado a mis amigas Karem Ontiveros y Alejandra Murakami, más de 20
años de amistad.
LG