Mucho de lo que sentimos y pensamos sin duda nos fortalece o actúa en nuestra
contra, el bienestar físico y mental depende de lo que frecuentemente está
en nuestro entorno, convivencia con personas, rutinas, hábitos y prejuicios
culturales. Somos tan fuertes como queramos, tan vulnerables como nos dejemos
vencer, podemos llegar tan lejos como necesitemos y dar vuelta de vez en cuando
por lo que vale la pena; si no podemos cambiar el mundo del todo, podemos tomar
la decisión de sí cambiar nuestro propio mundo. ¿Cómo es eso? ¿Cómo lograrlo?
Mientras el corazón lata podremos continuar el camino, “analizar” es un don que
se va puliendo con el tiempo, pues tú sabrás analizar dónde quieres estar, con
quienes compartir, que te hace feliz y por qué vale la pena luchar, es tiempo
de decidir…
Sabemos de la rutina, pero el corazón late y late por ti, “Que lata de
amor y buena vida es tu responsabilidad”. Todos los días funciona el aprender
algo nuevo, leer, automotivarse con una sonrisa, inyectarse ánimo, ofrecer un
saludo, dar gracias, hacer lo que te gusta. La vida también te va regalando
momentos con las personas indicadas, incluso a veces con un percance, de la
nada llega la ayuda o bien, debemos pensar y actuar en la solución. Valorar y reconocer lo
bueno de ti y de las personas es importante. Dedicaos a pretender que la
felicidad es tener todo bajo control es sinceramente equivocado.
Mantén tu vida libre de adicción, prejuicios, egoísmo y desánimos, esto genera
abundancia, buenas relaciones y una vida única.
Cambiar el hoy es un mejor mañana.
LG